He aquí otro ejemplo de como el respeto hacia un estado totalitario se justifica a través de la omnipresente referencia al “bienestar” como forma ideal de convivencia.
En su edición del domingo el periódico La Voz de Galicia publica una entrevista con el político vasco del PP, Jaime Mayor Oreja, en la que le pregunta por la Ley de Memoria Histórica y el franquismo. El periodista pregunta al ministro «¿Por qué le cuesta tanto al PP condenar el franquismo?». «Porque eso forma parte de la historia de España. Yo no lo he condenado, yo elogio y alabo la transición democrática. ¿Cómo voy a condenar lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles?». El periodista replica que tampoco habría que criticar el nazismo o el estalinismo porque muchos alemanes y soviéticos lo apoyaron. «En la guerra hubo dos bandos y en el nazismo sólo uno», insiste Mayor. ¿Y en la dictadura?: «También hubo dos [bandos durante la dictadura], porque el franquismo fue la consecuencia de una Guerra Civil en la que hubo dos bandos. No es lo mismo que el régimen nazi, donde había un solo verdugo».
Mayor rechaza la condena «por muchas razones». «¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con normalidad y naturalidad? En mi tierra vasca hubo unos mitos infinitos. Fue mucho peor la guerra que el franquismo. Algunos dicen que las persecuciones en los pueblos vascos fueron terribles, pero no debieron serlo tanto cuando todos los guardias civiles gallegos pedían ir al País Vasco. Era una situación de extraordinaria placidez. Dejemos las disquisiciones sobre el franquismo a los historiadores», llega a afirmar.
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