España pasa a la final tras ganar a Rusia: la apoteosis. Los periodistas se quitan todas sus máscaras y encarnan en el futbol todas las patéticas quimeras de un país que quiere superar el pasado pero no sabe ni quiere observarlo.
«La Rusia pletórica que impactó contra Holanda quedó sometida por el desparpajo español, por su sentido colectivo del juego, por su capacidad de gobierno y su mayor sutileza. La consecuencia fue una goleada que rescata a España tras años de baldío, tras dos décadas largas en el lodo. De este equipo cabe esperar que no deserte ni en la final, por mucho que Alemania difunda sus volúmenes de historia. A este grupo de futbolistas españoles no le delatan victimismos del pasado. Hoy los jugadores se sienten protagonistas frente a la subsidiaria posición de otras generaciones ante seleccionadores de mayor pose. Luis ha logrado que cohabite un equipo con mayúsculas que está a un paso de cantar bingo 44 años después.» El País
«Quieren ser padres de su porvenir, no hijos de su pasado. Lo escribió Miguel de Unamuno y lo gritan un grupo de futbolistas con corazón de hombres y rostro imberbe que parecen un mapa de España, ídolos reales que se apellidan Marchena o Iniesta, Hernández o Ramos, Puyol o Capdevila y hasta Senna, muestra de un país moderno y de acogida, diferente al celebró el título de 1964, fuera por orgullo o porque lo mandaba la autoridad. Si el domingo, ante la pétrea Alemania, repiten sólo unos compases de la sinfonía de fútbol que ayer interpretaron ante Rusia, como una coral, el orgullo será el único sentimiento compartido por todos aquellos que quieren sentirse parte de una hazaña conseguida desde el trabajo en común. Hacen falta victorias para conocer realmente como el fútbol, una especie de religión sin dios, es capaz de conseguir vertebrar un país, de descubrir las cosas que nos unen y no las que nos separan. Es algo insondable, pero mágico.» El Mundo
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La colección de titulares es una joya. Que coincida en el tiempo con la aprobación de la consulta de Ibarretxe en el Parlamento Vasco, otra joya del tiempo histórico que nos toca vivir. Apasionante partido.