el d_efecto barroco: políticas de la imagen hispana

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Slavoj Žižek acerca de la taza del baño y la ideología

Un sugerencia de la trucha de Tere Badia

Checar Slavoj Žižek

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No salía desde 1691…

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Un seísmo de 6 grados sacude hoy Ciudad de México, más o menos a esa hora. No lo saquen más, compadres! porque a Cristo los terremotos se la trae floja.

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La ilusión de los recuerdos

Dresde: en las orillas del río Elba. Monumento dedicado a la vista de la ciudad pintada por Canaletto en 1748.

Sólo recordar que Dresde fue arrasada por un bombardeo en 1945.

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Quimera

Quimera (en griego antiguo Χίμαιρα Khimaira, ‘macho cabrío’; latín Chimæra) era un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna, que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales. Fue madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea.

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Unidos por el destino

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México se declara ofendido por Burger King. El embajador mexicano en España dice que un anuncio comercial de la cadena «denigra la imagen de su país y emplea inapropiadamente la bandera nacional».

Ver noticia completa.

Por cierto, que el amigo Edgar Clement me responde esto al recibir la noticia:

«La verdad es que estas cosas no sé cómo tomarlas.
En lo personal son los temas que ya me tienen harto de esta pocilga, y me tienen harto por lo manido e idiota del asunto.

Es cierto que la Constitución prohíbe tajantemente el uso de la bandera y el escudo, que aparecen claramente en la campaña de Burguer King. Habría que preguntarnos en dónde dice que lo que dice la Constitución mexicana es extraterritorial y qué justifica que el sueldazo de nuestras misiones diplomáticas se usen para tener una bola de soretes atascándose de vinos franceses en restaurantes de comida internacional, pero muy llenos de indignación nacionalista -anacrónica por demás-. También es cierto que las recientes administraciones no saben qué hacer con su política de relaciones exteriores que a mi gusto resulta algo esquizofrénica. Desde el 2000 se dedican a mandar por el caño la Doctrina Estrada y a querer ser parte del Consejo de Seguridad de la ONU y se mueren de ganas por andar vetando o aprobando bombardeos aunque vivamos porculizados por las decisiones de la Casa Blanca… pero pasan pendejaditas como esta, o que alguien critique las políticas y estrategias internas mexicanas y se montan en aires de indignación que la verdad me parecen gazmoños y ridículos. Seguido pasan estas pendejadas, nuestros cancilleres se tiran al suelo por el «uso indebido» de los símbolos patrios, pero nadie dice nada si la bandera aparece en el altar en plena misa. Como que el concepto de «autonomía del Estado» no nos es muy claro. Es más: creo -seriamente- que el concepto de Estado no nos es claro. A nivel popular la bandera es otro fetiche que pide a gritos ser incorporado sin tapujos a la lista de arquetipos del imaginario colectivo para ser usado a placer por las huestes huérfanas de actualización identitaria. Hace unos años, un amigo que suele presentarse como «el primer guionista mexicano de Supermán» (sic) estuvo envuelto en un escándalo similar, cuando en la portada de DC Comics aparece la bandera mexicana, pero que por un error del colorista, aparece con los colores invertidos: desde luego las airadas protestas de los tres pelagatos que leen a Superman en inglés no se hicieron esperar buscando la sangre del culpable y desde luego, no faltó el pendejo que se dió a la tarea de corregir la portada. Y así nos la vamos llevando. Mientras el 85% del maíz que nos comemos se importa de los Estados Unidos, dato que para Europa puede no ser relevante, pero si tomamos en cuenta que el 60% de España cabe en el ingobernable Estado de Chihuahua, pues… así andamos, y aquí se celebra, y fue nota relevante hasta de noticieros de TV, que según una encuesta de 20 minutos, la bandera mexicana es la más bonita del mundo. No sé cómo es que algún mexicano se queja de que al mexicano se le represente como «chaparro», si cuando el mexicano quiere ofrecer una imágen simpática de sí, así se representa. Y más aún, no dudo ni por un instante, que haya sido un mexicano quien diseñara tanto el nombre como la imagen de la campaña de Burguer King. En Estados Unidos no ubican la Lucha Libre de enmascarados como un fenómeno mexicano, pero en Europa sí, y es un dato que sólo conocemos los mexicanos, a los gringos les vale madre. La lucha libre está de moda entre los jóvenes publicistas mexicanos, que muchos de ellos trabajan para agencias gringas. Además el uso del gabán ni los gringos ni los europeos lo ubican como «mexicano», ¡vaya, ni le dicen gabán, le dicen «poncho», como en Argentina!. Parece que lo que en realidad ofendió es el uso de la bandera como gabán. También hay acá una vieja discusión sobre el uso de los colores de la bandera. Pues uno de los trucos del PRI en las votaciones era invitar a la población rural analfabeta a votar por «Los Colores de México». Cuando el PRD (el que se dice de «izquierda») propuso su primer logotipo, fue con los colores de la bandera. El Instituto Federal Electoral lo rechazó para «no confundir» al electorado. En fin, que así nos la gastamos en esta cosa que llamamos país, y que no es más que un conglomerado amoderno, disfrazado de moderno, donde la bandera es sólo otro de los fetiches identitarios que aglutinan esto que nuestras instituciones, que se dicen modernas, no atinan a domesticar.»

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Giorgio Agamben, «¿Qué es lo contemporáneo?»

Este texto fue leído en el curso de Filosofía Teórica celebrado en la Facultad de Artes y Diseño de Venecia entre 2006 y 2007.

¿Qué es lo contemporáneo?
Giorgio Agamben

La pregunta que quisiera apuntar al comienzo de este [texto] es: “¿De quién y de qué somos contemporáneos? Y, ante todo, ¿qué significa ser contemporáneos?” Una primera y provisoria indicación para orientar nuestra búsqueda hacia una respuesta nos llega de Nietzsche. Justamente en uno de sus cursos en el Collège de France, Roland Barthes la resume de esta manera: “Lo contemporáneo es lo intempestivo”. En 1874, Friedrich Nietzsche, un joven filósofo que había trabajado hasta ese momento con textos griegos y dos años antes había alcanzado una inesperada fama con El nacimiento de la tragedia, publica las Unzeitgemässe Betrachtungen, las “Consideraciones intempestivas”, con las que quiere hacer las cuentas con su tiempo, tomar posición con respecto al presente. “Esta consideración es intempestiva”, así se lee al principio de la segunda “Consideración”, pues trata de “entender como un mal, un inconveniente y un defecto algo de lo que la época está orgullosa, es decir, su cultura histórica, pues yo pienso que todos somos devorados por la fiebre de la historia pero por lo menos tendríamos que darnos cuenta”. Nietzsche coloca su pretensión de “actualidad”, “su contemporaneidad” con respecto al presente, dentro de una falta de conexión, en un desfase. Pertenece verdaderamente a su tiempo, es realmente contemporáneo aquel que no coincide perfectamente con él ni se adapta a sus pretensiones, y es por ello, en este sentido, no actual; pero, justamente por ello, justamente a través de esta diferencia y de este anacronismo, él es capaz más que los demás de percibir y entender su tiempo.

Esta falta de coincidencia, este intervalo no significa, obviamente, que contemporáneo sea aquel que vive en otro tiempo, un nostálgico que está mejor en la Atenas de Pericles o en el París de Robespierre y del marqués de Sade que en la ciudad o en el tiempo en el que le tocó vivir. Un hombre inteligente puede odiar su tiempo, pero de todas maneras sabe que pertenece a él irrevocablemente, sabe que no puede huir a su tiempo.

La contemporaneidad es esa relación singular con el propio tiempo, que se adhiere a él pero, a la vez, toma distancia de éste; más específicamente, ella es esa relación con el tiempo que se adhiere a él a través de un desfase y un anacronismo. Aquellos que coinciden completamente con la época, que concuerdan en cualquier punto con ella, no son contemporáneos pues, justamente por ello, no logran verla, no pueden mantener fija la mirada sobre ella.

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Catálogo El d_efecto barroco. Políticas de la imagen hispana

La memoria administrada. El barroco y lo hispano

Archivo de prensa (impresa y online) de noviembre de 2010 a abril de 2012

Acerca de este blog

El d_efecto barroco. Políticas de la imagen hispana: un proyecto de investigación sobre el mito barroco en el relato de lo hispano, iniciado en 2004
Exposición y catálogo/DVD en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), 2010-2011; Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Quito, Ecuador, 2011-2012
La memoria administrada. El barroco y lo hispano, Katz, 2011

Coordinación general: Jorge Luis Marzo y Tere Badia