Santiago de Chile.

La grandeza de los héroes es que siempre están a la altura de sus fracasos. Gracias al kitsch, todo tiene arreglo.

El patrón del país y de la ciudad, algo desencajado ante la magnitud de la ficción del orden y el bienestar.

En pocas ciudades latinoamericanas es posible encontrar una estatua del conquistador tan plácidamente dispuesta en la Plaza de Armas. Aquí vemos a Pedro de Valdivia, contemplando su obra. Un poco más allá -«no cabía en la foto»- hay una escultura de un mapuche de formas truncadas.

El futuro de Chile, tu futuro, el futuro de las fuerzas armadas.

Otra combinación entre «tu futuro inmediato» y el de las fuerzas armadas.

Un bueno ejemplo de la necesidad de romper los estereotipos de una Latinoamérica homogénea y unitaria. Compárese este anuncio en un autobús de Santiago con cualquier pesero, micro, buseta o colectivo de Quito, Bogotá o México DF.

Grafiti en una pared de Santiago
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